Hola chicas!

Hoy estoy súper contenta!al fin H&M abrió su tienda online!(Y yo ya la estrené!) a pesar de que aquí en Barcelona hay varias tiendas de H&M como para pasarme la tarde buscando modelitos, echaba en falta la sección "Home" sólo disponible en una tienda que me queda lejos de casa, en Tarragona y en otros países.

Las ventajas desde mi punto de vista son, por un lado, el poder comprar desde la comodidad de mi casa sin tener que arriesgarme a no encontrar el modelito en cuestión en mi talla y por lo tanto perder el tiempo (ahora que soy mami, cada minuto vale más que el oro!) y por otro lado, la posibilidad de comprar cositas para mi casa en la sección "Home" soy muy fan de Zara Home, pero la sección de H&M me encanta! tienen cosas muy lindas, originales y lo mejor, a muy buen precio!

Todo esto me ha provocado traerles un post sobre decoración, en especial un tipo de decoración que a día de hoy me tiene muy enganchada y es el blanco con tonos dorados o bronce. Hace un tiempo pensaba que los tonos dorados en decoración quedaban como muy llamativos y quizás hasta extravagantes, pero como siempre digo, las cosas en su justa medida están perfectas. 

Mi propuesta de decoración, en la que baso la decoración de mi casa es combinar adornos, objetos con tonos dorados, sobre un blanco de fondo, créanme, queda ideal! pero también queda muy bien sobre tonos más oscuros, en mi investigación particular, he descubierto mezclas de colores más fuertes con tonos dorados y también me gusta, es más le da un toque chic y sofisticado. Sin embargo, prefiero lo más sencillo, por ello apuesto por el blanco y los detalles en dorados.

Hola Mamis!

Antes de que naciera mi bebita, Valentina, yo ya había leído mucho sobre el tema de la lactancia y tenía claro que nosotras seguiríamos la lactancia materna, como ya sabéis, sus beneficios son infinitos y además constituye un vínculo entre madre e hijo increíblemente bello, que se exterioriza a través de la mirada de nuestros bebés cuando les damos el pecho.

Sin embargo, a veces los comienzos son difíciles, pero no por ello hemos de tirar la toalla al primer obstáculo, os digo esto porque cuando iniciamos la lactancia materna, a Valentina y a mi nos costó muchísimo, ella no se enganchaba bien al pecho y casi no obtenía la leche que necesitaba y del cansancio se quedaba dormida.

Nos la pasábamos horas y horas intentado que pudiera tomar su leche, pero nada daba resultados, buscamos alternativas, ayuda por parte de los pediatras y enfermeras, acudimos a un grupo de lactancia y la conclusión era la misma, el problema era el agarre, la forma en que me la ponía al pecho y que ella no lograba ponerse en la posición correcta o cuando por fin parecía que iba a hacerlo bien, se dormía.

Nuestros paseos se convirtieron en toda una odisea, como toda mami primeriza que ya se siente con energías para pasear sola con su bebé (con lo mucho que me gusta salir y lo poco que me gusta estar en casa), al principio salía dormidita o al menos tranquila, hasta que le daba hambre y como no se alimentaba lo suficiente por el problema del agarre, teníamos que hacer paradas constantes en la primera cafetería que encontrábamos en el camino. En fin, que nuestros paseos madre e hija, eran todo un show.

Mi preocupación vino cuando además del peso que al principio suelen perder los bebés, en lugar de empezar a subir de peso, empezó a bajar y era porque no se alimentaba bien, el tenerla horas y horas al pecho sólo contribuía a aumentar las heridas que me comenzaron a salir en los pezones, algo que podía aguantar perfectamente (miento, dolían mucho, pero ahora soy madre y no hay dolor!;)) siempre y cuando ello sirviera para que se alimentara bien, pero no fue así.

Para dar por inaugurada oficialmente la sección de Mamis&Bebes (obviamente también va dirigida a los papis, parte fundamental de este proceso!), no podía escribir nada que no fuera sobre la llegada de mi Bebita, mi pequeña Valentina.

Primero que nada, he de confesar que yo era como algunas de vosotras, mujeres de alma y espíritu independiente, ávidas de experiencias nuevas, en constante cambio y en busca de todo aquello que nos haga felices. Me negaba en rotundo (así tal cual lo leéis) a la tan siquiera mínima posibilidad de ser Madre, creo que hasta me salía alergia de tan sólo pensarlo. Ello no quiere decir que no quisiera serlo en algún momento de mi vida, simplemente que en la situación en la que me encontraba era algo inconcebible, tenía tanto por hacer y tanto por vivir aún...esa era mi respuesta. 

Sin embargo, pese a todo ese pensamiento, muy en el fondo (pero que muy en el fondo) me decía que a los 28 años tendría un bebé, luego me he dado cuenta en algunas conversaciones con mis amigas, que algunas pensaban y piensan lo mismo, se ponían como tope esa edad, por considerar que ya tendrían todos sus objetivos más o menos realizados (o al menos en su mayoría, encaminados).

Pues como "Así es la vida de caprichosa a veces negra(aunque yo prefiero el gris al negro), a veces color rosa" a mi me tocó el color rosa! érase un frío día de febrero, cuando llevaba varios días sintiéndome mal, llegue incluso a pensar que tendría un serio problema de hígado, por algunas grasas extras que estaba ingiriendo. Pero me di de frente con la realidad, cuando a mi novio se le ocurrió que esas náuseas matutinas y ese extremo cansancio podría significar un embarazo! algo que descarté tajantemente.